jueves, 8 de abril de 2010

Si yo fuera pulga

Si yo fuera pulga sin dudarlo un solo instante, sería una pulga cojonera si habéis oído bien yo sería ese tipo de pulga. Haría tan bien mi trabajo que sería distinguida entre todas las pulgas del reino, no me confundirían con una pulga cualquiera, ya que no molestaría a un simple perro o a un simple ciudadano si no al mismísimo perro del rey y a los habitantes del castillo.
Tal vez podría ser una pulga pequeña y escurridiza, pero sobre todo que supiese nadar para que cuando le diesen un baño a Chipo (el perro del rey), no me ocurriese nada si no que me lo pasase genial nadando.

Pero no solo voy a fastidiar al pobre Chipo sino que también al cocinero, no le dejaría preparar ni un solo plato de “pato a la orange”, qué divertido sería, y al viajar, para qué preocuparse, iría montado en los lisos cabellos del gladiador Tito, así conocería un montón de mundo y sobretodo gratuito sin comisiones ni intereses.

A la reina no la dejaría ni peinarse, y en una gala benéfica me pondría las botas a molestar con todos esas melenas tan bien cuidadas y tratadas. Con el hijo Filipondio no me daría rabia morder a diestro y siniestro. Y tras un día agotador me enrollaría en el majestuoso pelaje del caballo Coñi Porra y si por la noche tengo ganas de un tentempié solo tendría que abrir la boca y morder. Claro que eso en otra vida pasara. Bueno ya os he contado que tipo de pulga quiero ser, hasta la próxima redacción.
Daniel

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